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...”Aquel sobre quien veas que el Espíritu baja
Y reposa, es el que bautiza con Espíritu Santo”.
S. Juan. 1: 33
El mundo sigue ciego todavía...
Sordo a toda cosa que no sea su complacencia
el sórdido resplandor
que lucen en sus risas crédulas…
intentando sobrevivir a su condena, al mar
de necedades decadentes en las que obcecadamente
va precipitándose irremediablemente
tratando de escapar de su transitoriedad, de su
irremisible devastación final…
Ni el candor de la brisa fresca y acariciadora...
ni el rumor de las aguas mansamente acompasadas...
ni el amor vertiéndose de los himnos celestiales....
ha logrado que el mundo abra sus oídos...
El mundo duerme aun
girando alrededor de sus planes locos y suicidas
tampoco la dulzura de su voz, calo en sus tímpanos
ni de la mansedumbre de sus gestos se percataron...
¡El mundo tiene su corazón tallado en granito!
Y el Señor se hizo presente entre nosotros
era simplemente un hombre, era flaco y ojeroso,
de faz perfecta y mirada penetrante
con una voz bien timbrada y de ojos grandes...
un hombre manso que no pedía mucho...
sólo poder cumplir con su encomienda
sólo los que estaban entregados al mundo
y son del mundo no le reconocieron.
sólo los suyos, los limpios de corazón,
los iluminados, los hambrientos,
los sedientos, miraron su luz diáfana y radiante
y oyeron su voz que era como fuego que
sanaba, que devoraba, que purificaba...
Y como agua que desvanecía la sed
y quitaba todo tipo de ansiedad...
y de peligrosa tentación….
pero igual que ayer se ha puesto oídos sordos
a la inteligibilidad de lo perfecto
al enigma de la resurrección…
a la verdad de lo que somos
mas el mensaje en su lógica y forzosa realidad
sigue vivo, inmortal como su espíritu
se nos ofrece como alimento bendecido,
como lluvia de maná caído del cielo. Sobre
mesa servida ilimitada en frutos y gratitud
y para todos sabido y público. Nada más
que, los vigías del mundo duermen a pierna suelta
y no recelan de la oscuridad,
ni de lo que se cierne sobre sus cabezas
sólo las almas que le escucharon antes
le toman en cuenta y vuelven a escucharle
mantienen sus lámparas encendidas
sólo los que padecen hambre y sed, los descarriados
que están dispuestos a enderezar sus pasos...
Los creyentes de fe, de buena
voluntad o aun los de lógica racional
le reciben y le ven desde distinta óptica
mas el mundo que falsamente le aplaude o
como aquel que abiertamente o solapadamente
le rechaza permanece al margen
en las sombras de las alamedas de pecados,
caminando bajo largos túneles
tirando de sus gruesas cadenas....
moviéndose en la penumbra con soltura
a la luz tenue de sus entarimados
de los juegos de luces de sus coreografías
o de las débiles antorchas de sus cubiles
Insaciablemente, buscando siempre algo
que no sacia, que no llena la vida de vida.
Yo pienso en ese Hombre...
y le siento hablándome
pienso en él como pienso en mi niña
despierta al amanecer
recibiendo el maná bendito y cuya luz
me transmite
Oigo la voz del verdadero pastor
y sus palabras me arrullan,
como arrullo a mi bien amada,
aun somnolienta bajo la tenue luz
que se filtra bajo sus mantos
¿Cuantos han escuchado sus palabras
con oídos inútiles?..
¿cuantos han despreciado el alimento
gratuito de cada día?…
para comer lo que les ofrece el mundo….
vistiendo vistosas ropas de marca,
ocupando puestos de honor...
caminando con prisa, a bordo de lujosos
automóviles. Asistiendo a banquetes
donde se entretienen picoteando carroña,
comiendo cieno. Y al final del día...
solo les queda el hueco oscuro
de adentro... repleto de roña
Y no ha llegado la hora cuando ya se les ve
postrados ante el muro de las lamentaciones
y se ven los muertos llorando con amargura
enterrando a sus pobres muertos.
Mas hoy es el tiempo de mantenerse despierto
sólo hace falta levantar los ojos...
ver el propio amanecer
destapar los oídos a la palabra,
a la dicha indescifrable
Sólo tú que sabes quien es Él, que sabes
lo que quieres… que sabes a donde vas...
perspicaz sientes el pálpito...
e intuyes los días que se aproximan
Enciende tu lámpara y quédate allí, vigilante
cuando menos se espere, la hora vendrá
llegará muy pronto el día inesperado
y la fuerza del amor se desatará por completo
y te cubrirá para que puedas dormir a salvo
Pero al mundo en su último acto,
de golpe se le borrará la sonrisa
el mundo que en su miseria apenas
entre abre sus párpados
y continua reposando, remolón, tímido y brutal.
Alahim Loor / En el día del Señor
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